dimecres, 7 de setembre del 2016

Desintoxicarse del maltrato

 

  • «Las víctimas requieren una rehabilitación integral. No tienen temor, sino terror. No son obedientes, están sometidas y son dependientes». De ahí la importancia de los centros de rehabilitación integral. En España sólo hay uno, a pesar de que en 2015, 60 mujeres fueron asesinadas. LA RAZON accede al centro


Hace unos años llegó una mujer, prácticamente a rastras, al Centro de Recuperación Integral de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas. Su marido le había pegado tal paliza que le tuvieron que quitar el páncreas. Su error: avisarle de que se iba, de que le dejaba. Fue entonces cuando fue a por ella, se abalanzó, la violó y la golpeó hasta que le hizo perder el conocimiento. Al día siguiente, cuando recuperó la consciencia, llamó y pidió una ambulancia. Estaba retorcida de dolor, tenía el páncreas desecho y no paraba de repetir «me ha violado, me ha violado», lo cual se demostró con la prueba ginecológica que le practicaron. Ni una sola mención al dolor que debía sentir por los golpes, recuerda Ana María Pérez del Campo, presidenta de la federación y creadora del centro. Tras salir del hospital fue a verla. Necesitaba ayuda. El centro era y es el único que hay en España que acoge a mujeres –y a sus hijos– víctimas de la violencia de género. El único en todo el país, a pesar de que en 2015 fallecieron 60 mujeres y de que en lo que va de año han muerto asesinadas a manos de sus maridos, parejas o ex parejas al menos 27 mujeres (hay seis casos en investigación). «Lo demás son únicamente casas de acogida. Y el problema no es la casa, sino que estén seguras», puntualiza Pérez del Campo. Pero cuando una mujer sufre maltrato físico o psicológico, si no ambos, no sólo necesita un lugar para dormir, precisa rehabilitarse, aprender lo que es vivir. Y no lo que le dijo una trabajadora social a esta víctima: «Sólo puedes estar dos meses, así que ponte a trabajar porque tienes que sacar adelante a tus hijos», relata Del Campo.
Queremos saber cómo es vivir en el centro. Su objetivo: conseguir no sólo que salgan recuperadas, sino evitar que puedan recaer en otra relación similar. «Sin el tratamiento adecuado es posible acabar con otro maltratador. Tienen una dependencia psicológica, como un drogadicto es dependiente a la heroína. Esa dependencia hace que las mujeres pongan la denuncia y la retiren. Tienen una dependencia mutua. Si una persona está constantemente diciéndote que eres una inútil, incapaz, no sirves para nada, vivir contigo es un martirio, lo lógico –en ambos casos– sería coger la maleta, irse y brindar con champagne, pero no sucede, y él la perseguirá si hace falta por mar, tierra o aire».
Pero antes de nada lo más importante es que las mujeres maltradas lleguen al centro. Por eso, tras entrevistarse con ellas en las oficinas y analizar su caso, se les pide que no digan lo que van a hacer. De hecho, la mayoría de los casos de violencia de género las víctimas han puesto en conocimiento de su agresor que le van a dejar. Y no es hasta una vez dentro, cuando la mujer y sus hijos, en caso de tenerlos, están a salvo, cuando interponen la denuncia. «Exigir a las mujeres que denuncien antes de estar seguras con el riesgo que tienen es una barbaridad», puntualiza Del Campo.
Nada más entrar firmamos una cláusula de confidencialidad. Es importante omitir cualquier detalle que pueda dar pistas de su ubicación para evitar poner en riesgo la vida de estas mujeres y la de sus pequeños. Este año es su 25 aniversario y por él ya han pasado 798 mujeres y 947 menores.
Una vez en el centro, lo primero que ven las víctimas que se han puesto en contacto con la federación (914418555/60, teléfono en caso de urgencia) es un jardín; lo llaman el «claustro de mujeres», porque allí sólo pueden acceder las mujeres, no entran niños, ni pedagogos, para que puedan ser lo que son, mujeres. Si necesitan llorar o contar lo vivido a otra víctima lo hacen, sin temor a que sus hijos puedan oírlas. Juani Aguilar, la trabajadora social del centro, explica que «cómo vendrán algunas mujeres que, a pesar de ser lo primero que ven, no se dan ni cuenta de que está».

Gimnasios para defenserse

El centro parece una residencia de estudiantes, aunque tiene guarderías, parques, gimnasio, sala de teatro, una biblioteca… y todo adaptado con rampas y ascensores. Las habitaciones son «individuales» para cada familia, no comparten habitación con otra mujer, pero sí con sus hijos por cuestión de privacidad.
Cuando vamos hay 19 mujeres y 21 menores acogidos. No están todos. Algunas han salido a trabajar, otras al médico… Pueden salir y entrar, pero por seguridad han de avisar a dónde van y cuánto tiempo estiman que podrían tardar. No es por controlar, sino por si llegan tarde poder dar la voz de alerta. Pero eso es una vez que ha transcurrido cierto tiempo, ya que al principio dado su nivel de dependencia existe el riesgo de que quieran volver a ver a su agresor.
Pasan de media 18 meses. Ahora bien, el tiempo no está establecido, ha habido casos de mujeres que han salido recuperadas a los ocho meses y una que estuvo 22 meses, aunque realmente ya estaba rehabilitada, pero había que esperar a que le pusieran rejas en su piso.
Durante este tiempo son atendidas por tres psicólogas, dos educadoras, una trabajadora social, una abogada y dos gobernantas. Asisten a terapia y una vez a la semana les toca «aprendiendo a pensar», un programa que les enseña a cuestionar patrones estereotipados, que les abre los ojos porque muchas llegan pensando que es normal que su pareja les coja del cuello.
También les enseñan defensa personal en el gimnasio, entre otras actividades, y eso sí, tienen que ayudar una hora y 30 minutos cada día en las labores de limpieza de las zonas comunales.
La evolución es notoria, nos asegura no sólo el personal especializado en violencia de género, sino también Esther, que en agosto hará 14 años que trabaja aquí como cocinera. Así que toca empezar por la base, poner unos buenos cimientos. Algo que comienza con la obligación de levantarse, vestirse y bajar a desayunar, así como dedicar una hora y 30 minutos a ayudar en las labores comunes. Al principio muchas no quieren hablar, y no es hasta transcurrido un tiempo cuando se dan cuenta de que la mujer de al lado ha pasado por lo mismo que ella, que tiene sus mismos temores, sus dudas.
Algo más importante de lo que a priori pudiera parecer, ya que habitualmente el maltratador le hace romper lazos con sus amigos, familiares con un único objetivo hasta que «sólo sea de él». Este aislamiento se rompe en el centro, que cuenta con muchas zonas comunes para restablecer vínculos porque en demasiadas ocasiones las mujeres vienen con relaciones personales muy dañadas. Una unión que no se deshace cuando salen del centro porque tienen un grupo de WhatsApp al que se va sumando cada mujer que pasa por allí. Con los pequeños los lazos que se crean también son importantes. En una ocasión, «a uno de los niños le dijeron en clase que dibujara su familia y nos llamaron porque había dibujado a toda su familia, 20 hermanos», recuerda Susana Enciso, una de las tres psicólogas.
Las mujeres no sólo se enfrentan a lo vivido, tienen que aprender a reconocer las señales para evitar recaer, «algo que deberían enseñar en el colegio. Señales como que te digan que eres tan maravillosa que te va a hacer daño todo el mundo menos él o que a todos les gustas, etc.», precisa Enciso.
Se trata de abrirles los ojos, algo que también debería hacer la sociedad, encerrada en un laberinto de mitos, como que sólo las mujeres con pocos ingresos y con bajo nivel cultural son las que sufren el maltrato. Por este centro han pasado mujeres sin ingresos, sin estudios, pero también catedráticas, abogadas, periodistas, profesoras, etc. De hecho, aunque durante el primer mes de estancia no suelen trabajar, en el centro se encargan de llamar a la empresa y explicarles la situación, luego sí lo hacen. Además, les ayudan a encontrar trabajo mediante los convenios que el centro suscribe con las empresas.

Las falsas denuncias

Otro mensaje que ha calado en demasía son las falsas denuncias, y es que según el último informe del Consejo General del Poder Judicial, «sólo el 0,01% de las denuncias son falsas», recuerda Del Campo. Todo ello lo aprenden en este centro, el único de todo el país, por eso Del Campo pide que «se cree una red de centros, al menos por comunidad autónoma, con un mismo programa recogido por la organización de mujeres expertísimas en la violencia de género». Y es que llama la atención que haya tanta campaña, tanta manifestación, pero a la hora de la verdad todo o casi todo sean únicamente palabras.
Porque las mujeres maltratadas, como afirma Del Campo, «no tienen temor, sino terror, no son obedientes, sino que están sometidas». La psicóloga Marta Ramos concluye: «Cuando llegan aquí están enfadadas con el mundo y con ellas mismas. No odian a los hombres, los temen».

Niños, aptos sólo hasta los 12

Cuando vamos al patio hay 10 niños jugando. No tendrán más de 9 años. Por muy felices que se les vea congela la sangre ver esta realidad. Una sensación que se repite cuando nos explican que «las niñas son aptas a cualquier edad, pero los niños sólo hasta los 12». «El de 13 ya no quiere venir, y la mayoría son maltratadores, aunque hay excepciones». Una mujer que fue maltratada entra en la conversación. «Aunque defienden a la madre delante del padre, cuando él no está repiten patrones». Enciso nos explica que no se pueden permitir algo así. «Imagínate, con que uno de 13 años pegue un grito agresivo, las mujeres entrarían en crisis. Recuerdo que una vez se quedó una mujer encerrada en el ascensor y al ver al técnico se puso a gritar de miedo. Veía en él la cara de su maltratador».



dimecres, 24 d’agost del 2016

HACER POLITICA NO ES ESO


Hacer política no es el arte habilidoso o chanchullero de engañar, como al parecer entienden no pocos políticos. Para obtener votos hacen promesas durante las campañas electorales de las que se desdicen una vez alcanzado el poder.
Entrar en este fiasco político, que hizo gritar a la población pensante aquello de «no nos representan» no es mi propósito. Denunciar la quiebra de un sistema democrático plagado de tropelías exigiría de un tratado. Me limitaré a referirme a la aptitud y las propuestas concernientes a determinados cargos políticos. Y lo haré sobre el crimen más extendido del mundo, el terrorismo feminicida.
Entre los derechos humanos fundamentales, el primero es el derecho a la vida. Pero no es así cuando se trata de la vida de las mujeres que, junto a sus hijas/os, queda al albur del varón al que esté unida la madre. Aquello de la «maté porque era mía» sigue vigente. La opresión de género proviene secularmente de las funciones que definen el destino y que marca el patriarcado con la desigualdad discriminatoria, los mitos y los estereotipos, monopolio del poder y del dominio al hombre, lo que lleva implícito el ejercicio de la violencia sexista sobre las mujeres.
En España, hoy, cada vez nos acercamos más al centenar anual de mujeres asesinadas por su pareja masculina, mientras que los hijos e hijas soportan las consecuencias de la violencia sexista, además de correr el riesgo de perder la vida junto a su madre. A tiro limpio en la calle, quemadas, defenestradas, apuñaladas, estranguladas? para qué seguir, cuando no hay ni una sola modalidad de dar muerte a un ser humano que no haya sido utilizado por el hombre para acabar con la vida de una mujer.
Si algo aprendí hace mucho tiempo es que cuando apuestas por una ideología de género para equiparar a las mujeres en derechos y deberes, es decir, por la igualdad del género humano, que mal que les pese a algunos está compuesto por mujeres y hombres, hay que conocer hasta sus últimos recovecos aquello que defiendes sin desmayos en la lucha. Digo lo que antecede para explicar el estupor que me produjo la Orden (actualmente en fase de alegaciones) de la consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat Valenciana, Mónica Oltra.
En su día, en mi condición de experta en violencia de género, además de feminista, cuando la Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia estaban gobernados por el Partido Popular, conocí lo que entonces existía para las maltratadas, como denominaban a las víctimas las responsables políticas durante la visita a los recursos de protección, prácticamente gestionados todos por empresas u órdenes religiosas. Hice las críticas y advertencias pertinentes. Pretender que aquello que hacían era política social de protección y asistencia integral para las víctimas de violencia de género, era tan inverosímil e indignante como el aeropuerto de Carlos Fabra.
Saludamos esperanzadas al nuevo gobierno. Era imperiosa la necesidad de un cambio para dar al traste desde sus orígenes con aquel hacer, aquel que se hace para que todo siga igual, del PP. La intervención y los recursos destinados a las víctimas del terrorismo de género hay que enfocarlos sabiendo de antemano que deben ser ejecutados por profesionales especializados/as en la materia, no simples titulados académicamente; que las víctimas pueden llegar a confundir a quien las trata a consecuencia de la violencia padecida y de su secuelas; que tanto la intervención individual como la grupal ha de ser holística; que los recursos deben contar con programas de intervención integral que contemplen la diversidad del daño que se pretende reparar en las mujeres y en las/os hijas/os que lo padecen. Las víctimas no son clónicas y, por tanto, el tratamiento debe ser personalizado.
La ausencia de abogadas es un error porque si los recursos funcionan adecuadamente el organismo público o las asociaciones de mujeres responsables de los mismos van a sufrir todo tipo de ataques difamatorios, querellas infundadas o incluso daños mayores pero, sobretodo, la abogada resulta imprescindible para informar a la víctima respecto de los litigios que debe afrontar. He aquí apenas un atisbo de lo que se tiene que hacer: trabajar con las víctimas y con sus hijas/os que también soportan la violencia, más desvalidos que las madres. No es aceptable la intervención de empresas ni de órdenes religiosas, estas últimas por la responsabilidad que les concierne en cuanto a la doctrina de la desigualdad sexista que llevan predicando siglos. No se puede externalizar este trabajo porque es social, político e ideológico, mediante una desacertada Orden de la consellería, pasado un año de gobierno y tan alejada de las necesidades reales de las víctimas. Indigna que la consellera olvide que nuestro sistema democrático es participativo. El respeto debido a la ciudadanía le obliga a reunirse con las asociaciones de mujeres que trabajan con violencia de género.
La violencia sexista no figura tampoco entre las prioridades de la mayoría de partidos políticos, como hemos comprobado en las dos últimas campañas electorales. Quedó patente en la primera cuando el representante del PSOE la introdujo en el debate televisivo y pudimos ver y escuchar atónitas como la mujer que representaba a Ciudadanos equiparaba la violencia sexista entre uno y otro sexo con el mayor de los descaros. Y más aún en el debate a cuatro que se celebró en la segunda, cuando en el bloque de políticas sociales los candidatos fueron interpelados por Ana Blanco, única mujer de los moderadores, para que dedicaran «un poco de tiempo para hablar de la violencia de género, si puede ser ser». Iglesias dedicó 9 segundos; Sánchez 13 segundos y Rajoy y Rivera hicieron mutis por el foro, con la complacencia de los representantes de la izquierda. Estos dos conspícuos salvadores de la patria, no lo son del más de 50 % que representan las mujeres. Su acción salvadora se limita al suelo patrio.
20.08.2016 | 04:15
Ana M.ª Pérez del Campo
Fuente: El Levante

dimarts, 15 de març del 2016

Rubén Sánchez, psicòleg i feminista: “El dolor de les dones em va impactar”


Rubén Sánchez, psicòleg


Rubén Sánchez Ruíz té 38 anys, és psicòleg i treballa des de fa 14 anys acompanyant a víctimes de violència masclista i sexual. És formador de professionals en temes relacionats amb el sexisme i és agent d’igualtat. L’any passat va publicar la guia d’autodefensa feminista La mirada de Michonne.

Parlem amb ell abans de començar la xerrada-conferència al Casal Pere Quart ‘Homes en la lluita feminista’, emmarcada en els actes que es realitzen a Sabadell pel Dia Internacional de la Dona.
Et declares obertament com activista feminista.Això és el que diuen les meves companyes [somriu]. Sempre he estat vinculat al món de l’educació social i la psicologia i vaig començar un paral·lelisme al treballar en l’àmbit de la victimologia i dels delictes violents, des de la vessant de les persones que patien les conseqüències d’aquesta violència.  A partir d’aquí em començo a plantejar què està passant: jo tenia uns tòpics o prejudicis típics; l’home alcohòlic que puja del bar, la dona s’emprenya amb ell, i després ell l’agredeix. Aquest era el meu esquema i vaig començar a veure que és un tema totalment transversal i universal i que ho pateixen noies de 14 anys fins a dones de 81. Pel que fa als homes agressors començo a veure que són homes de tot tipus, de totes les edats, de totes professions, de diferents ètnies, religions i classes socials. Això em va impactar molt. El sentiment d’impotència en l’acompanyament d’aquest dolor, també fa que em plantegi moltes coses i començo a investigar, a documentar-me, a contactar amb associacions de dones, amb moviments feministes i començo a nodrir-me i a buscar elements fins que vaig fer el postgrau d’Igualtat i polítiques de gènere. A partir d’aquí em comença a encaixar tot el que estava veient en el dia a dia, en la meva jornada laboral. És en aquest moment que el feminisme em dóna unes ulleres d’anàlisi de la societat i del món que em quadren molt més. El primer contacte amb el dolor de les dones em va impactar i he fet del meu activisme la lluita contra les violències masclistes, per això les companyes em diuen que sóc activista feminista.
Què t’ha aportat personalment la lluita feminista?Com a home, gràcies a la lluita feminista se m’ha tret la necessitat d’haver de demostrar no sé què. I això és interessant. Vius més tranquil, més lliure i gaudeixes més de les coses. Al lluitar contra totes les violències masclistes al mateix temps estàs lluitant contra la resta de violències i contra tots els abusos de poder. I això és molt important.
Ha canviat gaire la teva vida des de que ets activista feminista?Si, crec que molt. Jo era molt de fer bromes masclistes o d’acudits sexistes, i ara he canviat molt el llenguatge. M’ha canviat molt pel que fa a les relacions sexo-afectives i en el camp de les amistats.
Creus que estan en augment les agressions a les dones, o bé al contrari?Crec que hi ha un punt reaccionari dels homes que veuen perillar el seu estatus. Fins ara hi havia un estatus de dominància i de privilegis. Actualment amb tots els canvis legals, la llei del 1/2004 [llei contra la violència de gènere], la llei 5/2008 [llei d’igualtat], juntament amb més conscienciació de la societat, fa que hi hagi més visibilitat. Penso que no ha augmentat, ara el que hi ha és més visibilitat, ara és notícia i fins ara no ho era. Hi ha una lluita molt forta dels moviments feministes perquè es visualitzi com a un problema social i universal i per això són més visibles. La prova està en què països com Noruega, Finlàndia o Dinamarca  que a nivell de polítiques d’igualtat o de paternitat activa estan a quilòmetres lluny de nosaltres, també tenen violència masclista. Si agafem la metàfora del iceberg, la punta visible es veu més perquè l’aigua ha baixat, si l’aigua baixa veus més violència i més tipus, a la televisió, a la publicitat, assetjament de les dones al carrer, etc…
I pel que fa a drets?El marc legal és bo i a nivell europeu estan copiant aquest redactat, però falta pressupost per una banda i qui aplica aquestes lleis, que són els mateixos jutges i jutgesses de sempre. Per tant no hi ha hagut gran canvi a nivell judicial. El sentiment de credibilitat de les dones, m’atreveixo a dir amb dades objectives, que ha baixat. Des de que va sortir la llei a ara, les ordres de protecció i allunyament han baixat gairebé un 20 per cent. Aquest és un tema preocupant perquè tenim un bon marc, però no s’aplica.
Què creus que és pitjor, un home masclista o bé una dona masclista?Un home masclista és més perillós. Em produeix rebuig qualsevol comportament masclista, però fins i tot en aquests casos els homes tenen una posició de poder privilegiada dins de la societat, per tant la desigualtat és palesa.
Rubén Sánchez, psicòleg
Rubén Sánchez, a la Rambla de Sabadell. Autor: David B.
En les teves conferències parles que s’ha de crear ‘noves masculinitats’. A què et refereixes?Aquest terme m’agrada que sigui en plural, ‘noves masculinitats’ i compte amb això de nou. M’agrada molt més el terme masculinitats alternatives o masculinitats dissidents. El senyor Cristiano Ronaldo és una nova masculinitat, els nois que surten al programa Mujeres y Hombres y viceversa és una nova masculinitat, però no és una masculinitat igualitària, feminista o inclusiva. Per tant, han de ser masculinitats alternatives i no podem adoptar un únic model perquè repetiríem el mateix error. Actualment hi ha un únic model dominant de masculinitat hegemònic; l’home fort, que no plora, autosuficient, heterosexual, de classe mitja-alta, ‘catxes’, depilat, amb una potència sexual espatarrant… Nosaltres volem desobeir aquest cànon, perquè sota aquest motlle hi ha tot una sèrie de carències, actituds i comportaments per ajustar-te precisament a aquest motlle. Les masculinitats alternatives desafien aquest model hegemònic i volen crear centenars de milers de masculinitats igualitàries, tants com tipus d’homes puguin haver i que no haguem d’actuar com un home. Així crearem homes respectuosos, implicats i compromesos amb les tasques domèstiques,  amb la criança dels fills i les filles… D’aquests tipus d’homes n’hi ha, però encara són poc visibles, tot i que cada cop n’hi ha més i n’hi ha d’haver-hi més.
Què creus que falta a la societat perquè es deixi d’utilitzar el terme masclisme o feminisme i es parli d’igualtat?Per a mi feminisme és un sinònim d’igualtat, però el 99 per cent de la societat no ho interpreta així. El feminisme no és la dominació de les dones envers els homes, què és el que molta gent es creu, sinó la igualtat d’oportunitats i de drets entre homes i dones. Jo quan escolto feminisme escolto igualtat. Per a mi el masclisme és una ideologia de dominació i d’imposició. El masclisme mata a 60.000 persones cada any en tot el món i el feminisme no ha matat a ningú. Entenc que es digui parlar d’igualtat. Però el feminisme lluita per aquesta igualtat, lluita contra la opressió, així és com ho veig.
Ets l’autor del blog El dit a la nafra, què és el que et va fer obrir aquest portal?Va ser per dos temes, un de generós i un d’egoista. Primer de tot va ser per un tema egoista, el volia per un sistema d’autocura per a mi, per canalitzar la ira, la ràbia, la impotència, la frustració i el dolor. D’altra banda moltes dones em deien que era molt difícil trobar informació de maltractaments i això em va portar a fer petits textos de conscienciació que fossin públics, gratuïts i traduïts a tots els idiomes i que poguessin ajudar a diferents persones.
En el mateix blog proposes boicotejar a diferents empreses per fer publicitat masclista o sexista. Quin és el boicot que proposes?Doncs seria no consumir productes d’aquestes empreses, no fer-ne publicitat o directament assenyalar-los. De fet n’hi ha moltes, crec que acabaria abans si faig una llista amb les marques ètiques, igualitàries o feministes. És una llista que cada cop va creixent més.
Quina seria la teva recepta per arribar a aquesta igualtat de sexes que la majoria de gent busca?La primera seria la responsabilització. Com a homes hem de començar a responsabilitzar-nos de les nostres conductes, de les nostres emocions i de les nostres actituds. Una altra seria la renúncia als nostres privilegis masclistes en el tema del poder econòmic, en l’àmbit directiu, en els càrrecs, la visibilitat i l’ús de la violència. Hem de ser més generosos i més disposats a compartir i a implicar-nos més en totes aquestes tasques que no cotitzen a la Seguretat Social i que tampoc tenen un valor social. Hem d’aconseguir arribar a la cultura del diàleg, a la cultura dels afectes, en definitiva, a la cultura de la pau. Hi ha una frase que diu que ‘Cada home te pendent una revolució interior’, i crec que tenim pendent aquesta revolució interna i aquesta desobediència dels rols rígids de gènere.
Foto portada: Rubén Sánchez, abans d’iniciar la conferència. Autor: David B.

divendres, 19 de febrer del 2016

Reflexions a 4 mans sobre #MachismoMATA a "Salvados"

Reflexions a 4 mans sobre #MachismoMata a “Salvados”

Marina Marroqui supervivent entrevistada per J.Évole
Sonia Herrera i Rubèn Sanchez

Ha passat una setmana des de l’emissió del “Salvados” sobre la violència masclista i hem tingut temps de pair i donar voltes tant al contingut com a la forma del programa i aquí teniu algunes de les reflexions que hem anat teixint:

En primer lloc, ens sumem al parer i l’anàlisi que la nostra companya Barbijaputa va fer fa uns dies a eldiario.es i, com ella, com a feministes, agraïm que aquest tema s'hagi abordat en un programa de prime time com el de Jordi Évole. Agraïm, sí, però sense escarafalls, perquè en realitat ja era hora… A grans trets, va ser un bon pas que des del moviment feminista li portàvem reclamant a Jordi Évole des fa temps, però es va quedar curt. Anem més enllà.

El programa comença amb una compareixença als jutjats. És la segona declaració sobre els fets que fa la dona dos dies després de passar per comissaria a interposar la denúncia. Des del passat 27 d'octubre de 2015 les declaracions es fan en aquesta sala.  Abans es realitzaven en una taula petita envoltada d'altres taules de treball i altres dones que també declaraven i al costat d'un passadís amb gent amunt i avall, amb els interlocutors dempeus interrogant... En la imatge es veu com ni fiscal ni lletrades miren a la dona mentre declara. Estan pendents dels seus papers...

Si parlem de les entrevistes, per què diem que el programa es va quedar curt? Évole va entrevistar a 4 persones: Francisca Verdejo, jutgessa de violència sobre la dona del jutjat nº2 de Barcelona, Jorge Freudenthal, un psicòleg del servei d'atenció a homes al País Basc, un empresari maltractador condemnat en ferm i, Marina Marroquí, supervivent de violència masclista que imparteix tallers de prevenció de la violència a la parella a joves dins l'associació AIVIG. Sens dubte, van mancar veus d'especialistes que treballen dia a dia en temes relacionats amb violència masclista ja sigui des de l'atenció directa a dones que pateixen violència com des d’àmbits acadèmics o la sensibilització des del tercer sector, per exemple. Tampoc no es va donar veu a activistes del moviment feminista ni es va fer esment a la mobilització del 7N a Madrid.



Els motius pels quals això va ser així poden ser ben diversos i, probablement, alguns tinguin a veure amb temes de format i temps, però aquesta excusa no ens satisfà tenint en compte que altres programes de “Salvados” han abordat altres qüestions d’aquest nivell de complexitat amb molta més cura i detall. Així que deixant de banda autojustificacions d’aquest tipus, ens fa l’efecte que aquesta absència de veus o silencis mediàtics, al cap i a la fi, tenen molt més a veure amb la por: por a contradir les opinions manifestades, por a que la crítica fos tant dura que la gent que estigués veient el programa l’endemà sortís al carrer moguda per la vergonya de veure com funciona tot plegat, por a que un missatge massa explícit sobre el sistema patriarcal i el silenci còmplice d’institucions i societat no fos acceptat...


Tornant a l’entrevista amb la magistrada Francisca Verdejo, trobem molt oportú el fet de remarcar el caràcter de delicte públic de la violència masclista i la responsabilitat de tota la societat. D’altra banda, va ser encertat també incidir en la diversitat en quant al perfil de víctimes i agressors, així com la comparació entre el tractament públic i institucional que es dóna a les víctimes del terrorisme i no pas a les dones assassinades, la idea errònia sobre les denúncies falses (0'0015-1'7%) o l’escassetat i descoordinació de recursos. Ara també cal dir que a les persones se les coneix més pels seus fets que pels seus discursos, així doncs existeix una forta contradicció entre el discurs i la praxis professional del dia a dia de la jutgessa en els jutjats de violència sobre la dona en l'atenció a les dones supervivents de la violència masclista.


En aquest sentit trobem a faltar un llenguatge més polititzat al llarg de tot el programa. Es va parlar en tot moment de violència de gènere quan a La Sexta Noticias ja fa temps que es parla de violència masclista. Tampoc no es va aprofitar l’oportunitat d’incloure el terme feminicidi i col·laborar en la seva popularització a través dels mitjans generalistes per tal d’incorporar una veritable integralitat en les xifres d’assassinades, tot aprofitant per explicar que el feminicidi, com a conseqüència extrema del sistema patriarcal i de la violència contra les dones, és un fenomen global (amb especificitats locals, és clar) i que, segons s’estima a alguns informes com Femicide: a global problem (2012), cada any són assassinades 66.000 dones pel fet de ser-ho.


Alhora va mancar contextualitzar i comentar algunes de les dades que s’aportaven i que apareixien en un tamany molt petit, intercalades entre les entrevistes. En un moment donat, per exemple, apareix un rètol que diu: “1 de cada 4 mujeres continúan con la relación a pesar de haber denunciado”. Aquesta dada, sense explicar el perquè, col·loca la responsabilitat de la situació de violència en les víctimes-supervivents. Tampoc no es va comentar la desproporció entre el nombre de denúncies per delicte públic s'interposen cada dia a l'Estat Espanyol (355) i les ordres de protecció dictades (64 al dia). I és precisament en aquesta manca de context i explicació on rau el desconeixement social sobre les raons que fan que les dones no declarin, que no denunciïn, que retirin els càrrecs, etc.

En certa forma va sobrar també “empatia” amb el maltractador, l’entrevista del qual ens genera molts qüestionaments. En primer lloc, l’home, que oculta la seva identitat, afirma que a seva parella actual, el seu fill i el seu entorn desconeixen que va ser condemnat a 2 anys de presó per violència de gènere. Sent així i tenint en compte les dades que ofereix Viogen, el sistema de seguiment integral dels casos de violència de gènere que gestiona el Ministeri de l'Interior, sobre la reincidència dels agressors masclistes (2.234 maltractadors múltiples denunciats cada any), considerem que aquesta dona i, per extensió, el seu fill, es troba desinformada i en una situació de risc. Així mateix, el testimoni d’aquest home sembla una continua justificació, més que no una veritable transformació tal com mostren algunes de les seves afirmacions: “yo la machacaba y se me daba bien”, “yo creo que lo hacía porque estaba con ella sin quererla”, “la mujer estaba sufriendo, lo que pasa es que no te das cuenta”, “explotó el tema y utilizó sus armas para deshacerse ella de mí”, “todos vamos a regañadientes [a teràpia]”, “mi madre se lo consentia a mi padre y mi abuela a mi abuelo”... Tampoc reconeix que el maltracte es conseqüència d’un determinat sistema masclista i de la socialització de gènere i s'autodefineix com a “enfermo emocional en vías de recuperación” quan sempre cal deixar molt clar que un maltractador no és un malalt.

La part del programa de Jordi Évole sobre grups de teràpia amb agressors va resultar confusa i va donar la imatge que es poden equiparar els estralls que fa el patriarcat en uns i en les altres, i no, les assassinades (deixant de banda fills i parelles actuals) són sempre dones. El psicòleg entrevistat cau en contradiccions com quan afirma que la violència es fruit del sistema patriarcal i que no es una malaltia, però alhora compara la violència masclista amb la drogadicció. Potser hagués estat més assenyat i interessant tractar el tema de la “recuperació” de maltractadors en un programa específic parlant dels èxits i també de les ombres d’aquests projectes que han estat mols qüestionats en els darrers anys. Focalitzant la informació en els maltractadors també hagués estat interessant parlar de les campanyes publicitàries contra la violència masclista; dels tòpics sobre el paper de les adiccions, l’atur, la dependència econòmica...; sobre la ideologia masclista i el sistema patriarcal i com es socialitza als nens en ella; l’índex de reincidència dels maltractadors, etc.

Més enllà de la intervenció de la magistrada a l’inici del programa, el més destacable és la intervenció de Marina Marroquí com a supervivent i el relat de la seva vivència, les fases del cicle de la violència, l'asimetria de poder dins la relació, el xantatge i la dependència emocional ("Hacen todo el teatro para que te quedes sola"), el control, les violacions dins la relació. Marina també va fer incidència en el desconeixement social impetant sobre la violència contra les dones: "La gente no entiende la violencia de genero. La miran desde fuera y desde dentro es muy diferente". També resulta interessant l'apunt contra els "minuts de silenci", que han de ser crits contra els feminicidis, i la seva valentia per explicar tota la seva història de maltractaments continauts durant 5 anys.

Cal destacar també la part del reportatge a l'aula de secundària del taller de prevenció sobre l'abús dins la parella amb els i les adolescents impartit per Marina, iniciativa que fa anys que es treballa i que cal incorporar als nivells inicials de l’ensenyament, des de l'escola bressol i la primària.

Com apuntàvem al principi d’aquest text, s’ha fet un pas petit d’incloure en l’agenda mediàtica del prime time la xacra de la violència masclista, però s’ha desaprofitat l’oportunitat de fer una crítica contundent a l'alarmant situació actual, parlant de la interrelació dels diferents tipus de violència masclista, fent èmfasi i autocrítica com a mitjans de comunicació pel que fa a la violència simbòlica, alertant sobre l'enorme necessitat d'una educació en igualtat veritablement transformadora que porti a un canvi cultural imprescindible i que passa per qüestionar tots els productes culturals que sostenen i reprodueixen aquest sistema masclista i que són el brou de cultiu de la violència física, una violència que com molt bé deia Barbijaputa en el seu article, és “l’eterna punta de l’iceberg”.

Sonia Herrera i Rubèn Sanchez

dimecres, 10 de febrer del 2016

El Constitucional sentencia por primera vez que el interés del menor está por encima de la lucha por la custodia


violencia_0Fuente: El Mundo
El Tribunal Constitucional ha emitido una sentencia pionera en la que establece que el interés superior del menor está por encima de la pugna por su custodia, a raíz del recurso de amparo que presentó la española Desirée Vicente porque la Audiencia Provincial de Madrid, sin valorar que la niña estaba integrada ya en España, la obligaba a entregar a su hija de cinco años al padre suizo residente en aquel país que además, estaba imputado por un delito de violencia de género contra ella.
Se trata de la primera vez que el Constitucional aborda esta cuestión, para la que no existe doctrina y que está regulada en el Convenio de la Haya sobre la restitución de menores. No entra en el fondo del asunto, se limita a evaluar los argumentos de la Audiencia Provincial de Madrid para ordenar la devolución de la niña y concluye que las circunstancias de la menor no fueron tenidas en cuenta.
En concreto, la Sala Segunda del Alto Tribunal anula la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Madrid en marzo de 2015 porque considera que “vulnera el derecho fundamental” de la madre a “la tutela judicial efectiva sin indefensión” (24.1 de la Constitución).
Asimismo, ordena que se retrotraiga el procedimiento al momento anterior a la citada resolución de la Audiencia para que el tribunal dicte una nueva “respetuosa con el derecho fundamental vulnerado”, como recoge la sentencia.
Conforme explica el fallo de la Sala Segunda, en el procedimiento la Audiencia Provincial de Madrid no tuvo en cuenta que desde el momento en que el padre reclamó en vía judicial la restitución de la menor y hasta que se dictó sentencia habían pasado 20 meses, cuando el Convenio de la Haya establece que en estos casos, se debe resolver en el plazo de seis semanas.
“La dilación del procedimiento judicial no se ha debido ni a la tardanza en su iniciación ni al comportamiento del promotor del incidente sino a diversas vicisitudes procesales entre las que destaca la declinatoria por falta de competencia objetiva, al existir denuncias de violencia de género. Este Tribunal con la decisión que adopta constata que la lamentable dilación del procedimiento tendente a la restitución en las circunstancias excepcionales que presenta el caso enjuiciado no puede menoscabar el interés superior de la menor impidiendo valorar su situación actual de integración en el nuevo medio”, sostiene.

dijous, 4 de febrer del 2016

Foro Servimedia Comunicación ‘Violencia de Género: escenario actual y soluciones contra esta lacra’


Ana María Pérez del Campo Noriega participa en el Foro Servimedia Comunicación ‘Violencia de Género: escenario actual y soluciones contra esta lacra’. 

Foto de Familia “15 de las 56 mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas en 2014 habían presentado previamente una denuncia por maltrato, esto evidencia el fallo en la detección del riesgo y la seguridad de las víctimas”

  • La subdirectora de Asistencia a las Víctimas de Violencia de Género de la Comunidad de Madrid, Elena Granados, aboga por orientar las campañas de concienciación a que no se oculte el maltrato, más que a denunciar
  • Ana María Pérez del Campo, Presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres separadas y divorciadas advierte que visibilizar el problema es esencial para luchar contra él. Es esencial pedir ayuda y contarlo.

  • Representantes del tejido asociativo abogan por abordar el problema en su origen e iniciar la concienciación en la etapa escolar, “desde las escuelas infantiles”
  • El Foro Servimedia Comunicación ‘Violencia de Género: escenario actual y soluciones contra esta lacra’ reúne a representantes de la Administración, las fuerzas de seguridad y el tejido asociativo

“No debemos animar a las víctimas de violencia de género a denunciar si no podemos garantizar su protección al 100%”. Así lo ha subrayado la subdirectora general de Asistencia a las Víctimas de Violencia de Género de la Comunidad de Madrid, Elena Granados, en el transcurso del Foro Servimedia Comunicación ‘Violencia de Género: escenario actual y soluciones contra esta lacra’, que ha tenido lugar este viernes en la sede de Servimedia y que ha reunido a representantes de la Administración, las fuerzas de seguridad y el tejido asociativo.
Una afirmación que viene haciendo la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas desde hace años. Es fundamental salvaguardar la seguridad de la víctima por encima de todo. Tal y como ha denunciado  la presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres, Separadas y Divorciadas (FAMSD) y vocal del Observatorio Estatal contra la violencia doméstica y de Género, Ana María Pérez del Campo, de las 56 mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas durante el año 2014, 15 habían presentado previamente una denuncia por maltrato. Una triste realidad que evidencia que los informes policiales minusvaloran en muchas ocasiones el riesgo real que corren las denunciante, asegura.
Granados ha advertido además, de que las denuncias incrementan exponencialmente el riesgo para la víctima y que, por tanto, no se deben incentivar si no se puede garantizar por completo la seguridad de la denunciante. En este sentido, abogó porque las campañas institucionales de concienciación dejen de orientarse a promover que las mujeres maltratadas denuncien e incidan en que no oculten su situación y la comuniquen, preferentemente a profesionales, como por ejemplo su médico.
Ante estas afirmaciones en base al aumento de peligrosidad de las mujeres cuando denuncian y las de Ana María Pérez del Campo Noriega sobre la no eficacia en la detección del riesgo real de las mujeres víctimas de violencia de género, la jefa de la Unidad de Atención y Protección a Familias (UAPF) de la Policía Local de Madrid, Marta Fernández Ulloa, ha admitido que las fuerzas de seguridad “no somos infalibles”, pero también ha puesto en valor los avances que se han producido en los últimos años y que han permitido poner a disposición de las víctimas recursos especializados para su atención y protección, según ha asegurado.
“A nivel municipal tenemos una amplia red de servicios especializados que permiten que una mujer víctima de violencia de género pueda ser atendida en solo 72 horas, sin necesidad de que medie denuncia previa, y derivada al recurso que necesite: atención psicológica, acceso a vivienda, proceso de reinserción social…”, ha precisado la agente.
Servicios que son insuficientes para la realidad de la mujer víctima de violencia de género, que año tras año deja numerosos asesinatos, asegura la presidenta de la FAMSD, que también insiste en que no se aporta la ayuda necesaria para la eliminación de la violencia de género. “Uno de los puntos del comunicado emitido por las Organizaciones que trabajamos en Violencia de Género, ante la presentación de la denominada Estrategia Madrileña contra la Violencia de Género por el Gobierno de la Comunidad de Madrid,  señala que no se ha contado en su elaboración con la participación de las Organizaciones de Mujeres especializadas desde hace años en denunciar, prevenir y a atender a las víctimas de violencia de género. El Gobierno del PP sin embargo suprimió el Consejo Asesor de la Mujer, como el resto de los Organismos de participación ciudadana en la Comunidad de Madrid. Además, el Gobierno de la Comunidad de Madrid, presidido por Cristina Cifuentes, no ha incluido en los presupuestos para 2016, financiación para desarrollar la actuaciones anunciadas contra la violencia de género”, dice.
“Hay que hacer mucho más”, ha admitido la responsable de Asistencia a las Víctimas de Violencia de Género de la Comunidad de Madrid, Elena Granados. “Hay muchas mujeres que están sufriendo aunque no sean asesinadas y hay que hacer que confíen en que toda la sociedad les va a ayudar”. Para ello ha recalcado que hay que mejorar los procesos a los que se enfrentan cuando denuncian su situación porque, en su opinión, persisten situaciones de ‘maltrato institucional’. “Muchas veces no denuncian porque enfrentarse al proceso judicial que ahora mismo existe es un calvario”.
LA EDUCACIÓN COMO SOLUCIÓN
En el año 2011 Naciones Unidas llamó la atención a España por no gestionar de forma correcta los indicadores referidos a violencia de género. Y no fue hasta el año pasado cuando las fuentes estadísticas españolas sobre este asunto incorporaron información sobre la violencia ejercida sobre mujeres con discapacidad, una cohorte de población en la que se ubican nada menos que 2,5 millones de mujeres. Para Isabel Caballero, coordinadora de la Fundación CERMI Mujeres, estos datos avalan su denuncia de la invisibilidad a la que se somete a las mujeres con discapacidad que sufren violencia de género.
La actualización estadística culminada el pasado año ha revelado que entre el 10% y el 14% de las mujeres asesinadas por violencia de género en España tenían alguna discapacidad reconocida, “lo que probablemente haga que ese porcentaje sea algo mayor si agregamos las que no la tienen reconocida”, ha matizado Caballero. Unas cifras que, en opinión de la coordinadora de la Fundación CERMI Mujeres, deben llevar a las autoridades a incorporar la situación de las mujeres con discapacidad a las estrategias contra la violencia de género, en forma de análisis estadístico soluciones integrales y presencia en las campañas institucionales.  “Las víctimas con discapacidad se enfrentan a problemas más graves a la hora de denunciar a su agresor”, por lo que reclamó que cada vez haya más profesionales especializados en atender a esta parte de la sociedad.
Para Ana María Pérez del Campo, que lleva más de 25 años peleando por el reconocimiento y la protección de los derechos de la mujer, visibilizar el problema es esencial para luchar contra él. “De la violencia de género tenemos que hablar continuamente porque estructura la sociedad y la estructura indebidamente”, ha afirmado durante el Foro.
“Los crímenes de la violencia de género hay que contabilizarlos como los del terrorismo de ETA porque las víctimas no son únicamente las mujeres, sino también los hijos, pues hay una transmisión de referentes que condicionará su comportamiento en el futuro”, ha advertido la activista. Por ello, la presidencia de la FAMSD ha planteado que el problema se aborde en su origen, “desde las escuelas infantiles y durante todo el proceso educativo”.
En una línea similar se ha manifestado David Kaplun, portavoz de la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género (AHIGE). “La violencia de género no es un problema de mujeres, es un problema de derechos humanos y es necesario el compromiso de todos para erradicarlo”.
Kaplun ha incidido también en la importancia de la educación para desterrar los comportamientos machistas más arraigados en la sociedad y construir “un nuevo patrón de masculinidad”, y ha abogado por un Pacto de Estado, que implique a todas las capas de la sociedad para hacer frente al problema de la violencia de género.
La jefa de la Unidad de Atención y Protección a Familias de la Policía Municipal de Madrid también ha recalcado la importancia de la educación y la conciencia social para prevenir posibles episodios de violencia. “Es clave detectar los casos antes de que haya un asesinato, por eso hay que incidir en acabar con esa violencia invisible que escapa a los profesionales. Y educar en igualdad contribuye a visibilizar la violencia”, ha explicado.