Un estudioso del Corán llama "fornicadoras" a las mujeres perfumadas
Malik Ibn Benaisa no desmiente sus palabras y asegura que el PSOE de Ceuta está "muy equivocado" de acusarle de "algo tan grave"
| 23/07/2013 La Vanguardia
Malik Ibn Benaisa YouTube
Así, se ha dirigido a la secretaria de Igualdad de los socialistas ceutíes, Sandra López Cantero, para decirle que su formación "está muy equivocada" al acusarle "de algo tan grave". "Menuda campaña electoral están haciendo", ha lamentado el melillense, quien ha anunciado que tomará "las medidas oportunas" porque están intentando dañarle "de forma pública sin antes haber consultado el contexto" de lo que ha dicho.
Ibn Benaisa no ha desmentido haber aludido a ninguno de estos puntos, aunque sí ha contextualizado todos ellos en la doctrina islámica. "Mi mensaje --ha rebatido-- siempre ha sido el de aconsejar, y no el de imponer, pues esto no forma parte del Islam, pues en el Corán Dios nos deja claro que 'No existe coacción en la religión".
En relación con el uso del hiyab, el melillense ha apuntado que su utilización "es algo que el Corán y otros libros sagrados como la Biblia aconseja a las mujeres para cubrirse el cabello". "Por algo las monjas y mujeres religiosas lo practican y criticar que yo haya dicho esto sería criticar a los libros sagrados", ha argumentado.
Llevar "la mirada baja" es, desde su punto de vista, "algo común en una persona casta, no solamente por el hecho de ser musulmana, pues bajar la mirada en ocasiones y no comerse con la misma a personas del sexo opuesto es algo de pura lógica que también está prescrito en el Corán, donde Dios nos dice en numerosas ocasiones, 'tanto a hombres como a mujeres', que seamos recatados en la mirada".
Ibn Benaisa ha matizado, en relación con las mujeres y el uso del perfume, que no utilizarlo para salir a la calle "es algo prescrito en el Islam, que no obliga a nadie a hacer nada, pero sí para agradar al Creador de los Mundos". "La palabra que se utiliza en este dicho profético, en árabe 'zânia', puede significar varias cosas, y aunque en muchos textos es traducido como 'fornicadora', el sentido es muy amplio", ha referido, "y alude al fuerte olor a perfume que una mujer puede desprender de su cuerpo, y el efecto que puede causar en ciertas personas al pasar delante, causando o pudiendo causar pensamientos impuros en algunos hombres débiles".
La recomendación para no usar tacón de aguja es "una cuestión de lógica", según su criterio: "El Islam no tiene nada contra el tacón de aguja", ha reconocido, "pero aconseja a las musulmanas a no usarlo, pues al igual que una monja no los llevaría por no ir acorde a su indumentaria, la mayoría de las mujeres musulmanas debería, como consejo, plantearse el usarlos".
Por último, Ibn Benaisa ha apelado de nuevo a la tradición islámica para dejar claro que "el Islam prohíbe, en sus textos, que una mujer se depila las cejas, no el entrecejo, y esto no lo digo yo sino el profeta Muhammad". El estudioso ha trasladado su "más enérgica condena" a "aquellos que en pro de insultar el Islam inventan acusaciones a su antojo sin antes informarse" y ha resaltado que "siempre he abogado por apartarse de los extremismos y mis conferencias están llenas de alusiones al respecto".
Ibn Benaisa no ha desmentido haber aludido a ninguno de estos puntos, aunque sí ha contextualizado todos ellos en la doctrina islámica. "Mi mensaje --ha rebatido-- siempre ha sido el de aconsejar, y no el de imponer, pues esto no forma parte del Islam, pues en el Corán Dios nos deja claro que 'No existe coacción en la religión".
En relación con el uso del hiyab, el melillense ha apuntado que su utilización "es algo que el Corán y otros libros sagrados como la Biblia aconseja a las mujeres para cubrirse el cabello". "Por algo las monjas y mujeres religiosas lo practican y criticar que yo haya dicho esto sería criticar a los libros sagrados", ha argumentado.
Llevar "la mirada baja" es, desde su punto de vista, "algo común en una persona casta, no solamente por el hecho de ser musulmana, pues bajar la mirada en ocasiones y no comerse con la misma a personas del sexo opuesto es algo de pura lógica que también está prescrito en el Corán, donde Dios nos dice en numerosas ocasiones, 'tanto a hombres como a mujeres', que seamos recatados en la mirada".
Ibn Benaisa ha matizado, en relación con las mujeres y el uso del perfume, que no utilizarlo para salir a la calle "es algo prescrito en el Islam, que no obliga a nadie a hacer nada, pero sí para agradar al Creador de los Mundos". "La palabra que se utiliza en este dicho profético, en árabe 'zânia', puede significar varias cosas, y aunque en muchos textos es traducido como 'fornicadora', el sentido es muy amplio", ha referido, "y alude al fuerte olor a perfume que una mujer puede desprender de su cuerpo, y el efecto que puede causar en ciertas personas al pasar delante, causando o pudiendo causar pensamientos impuros en algunos hombres débiles".
La recomendación para no usar tacón de aguja es "una cuestión de lógica", según su criterio: "El Islam no tiene nada contra el tacón de aguja", ha reconocido, "pero aconseja a las musulmanas a no usarlo, pues al igual que una monja no los llevaría por no ir acorde a su indumentaria, la mayoría de las mujeres musulmanas debería, como consejo, plantearse el usarlos".
Por último, Ibn Benaisa ha apelado de nuevo a la tradición islámica para dejar claro que "el Islam prohíbe, en sus textos, que una mujer se depila las cejas, no el entrecejo, y esto no lo digo yo sino el profeta Muhammad". El estudioso ha trasladado su "más enérgica condena" a "aquellos que en pro de insultar el Islam inventan acusaciones a su antojo sin antes informarse" y ha resaltado que "siempre he abogado por apartarse de los extremismos y mis conferencias están llenas de alusiones al respecto".
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